Trastornos de la ATM
La Prevalencia de Problemas de la Articulación Temporomandibular
Según el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial (NIDCR), los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), también conocidos como trastornos temporomandibulares (TTM), son la fuente más común de dolor crónico facial y disfunción mandibular. Se estima que más de 10 millones de personas en los Estados Unidos están afectadas por problemas de la articulación temporomandibular.
¿Qué es la Articulación Temporomandibular?
Hay dos articulaciones temporomandibulares que conectan los lados izquierdo y derecho de la mandíbula inferior con el hueso temporal. Ambas articulaciones y sus músculos, ligamentos y tendones asociados trabajan juntos para permitir todo tipo de función oral conforme la mandíbula se mueve hacia arriba y hacia abajo, de adelante hacia atrás y de un lado a otro. Conteniendo un disco blando y absorbente de golpes que se encuentra entre los cóndilos redondeados de ambos lados de la mandíbula inferior y las concavidades correspondientes en el hueso temporal del cráneo, la ATM hace posible masticar, hablar, bostezar y todos los movimientos mandibulares.
Dado que la ATM es una articulación con movimientos de bisagra tanto hacia arriba como hacia abajo, así como deslizamientos de lado a lado y de adelante hacia atrás para ejecutar, a menudo se la considera una de las articulaciones más complicadas del cuerpo y una de las más difíciles de tratar cuando surgen problemas.
Tipos y Síntomas de los Trastornos de la ATM
Los trastornos de la ATM pueden caer en una o más de las siguientes tres categorías:
Dolor miofascial: Se refiere al dolor en la zona de la articulación de la mandíbula debido a diversas causas de aumento de tensión y espasmo muscular
Desarreglo interno: Involucra el desplazamiento del disco, dislocación de la mandíbula o trauma en los cóndilos de la mandíbula
Enfermedad articular degenerativa: Artritis
El riesgo de desarrollar un problema de ATM es mayor en presencia de rechinamiento de dientes a largo plazo o bruxismo, una lesión en la mandíbula o varios tipos de artritis como la artritis reumatoide y la osteoartritis. Además, las manifestaciones de un trastorno de la ATM pueden variar de una persona a otra con una amplia gama de síntomas posibles, incluidos dolores de oído, zumbidos en los oídos (tinnitus), dolores de cabeza, dolores de espalda y cuello, vértigo, espasmos musculares y sensibilidad en las articulaciones así como dolor mandibular, sonidos de clic o rechinamiento con el movimiento mandibular, bloqueo de la mandíbula y movimiento mandibular limitado. Para algunas personas, un trastorno de la ATM puede resolverse en un período de tiempo relativamente corto, mientras que para otras continuará persistiendo a pesar de una terapia extensa.
Diagnóstico y Tratamiento
Al evaluar la presencia de un trastorno de la ATM, el dentista realizará una evaluación clínica minuciosa de los síntomas y la función de la articulación. Se ordenarán imágenes radiográficas especiales y otras pruebas diagnósticas según sea necesario. El tratamiento de un trastorno de la ATM puede incluir aparatos orales como protectores nocturnos o férulas de estabilización para aliviar la tensión en las articulaciones. Otros tipos de terapia pueden incluir inyecciones de esteroides, ajustes oclusales, así como tratamiento ortodóntico o prostodóntico para mejorar la oclusión. En casos de problemas de ATM persistentes y graves, se puede recomendar cirugía.
Los métodos de autocuidado pueden ser útiles para aliviar algunos de los síntomas de un trastorno de la ATM. Se aconseja típicamente a los pacientes que coman alimentos blandos, eviten movimientos extremos de la mandíbula como bostezos amplios y masticar chicle, practiquen técnicas de reducción del estrés y relajación, y apliquen compresas de hielo o calor húmedo según las indicaciones. Si se recomienda, el paciente debe seguir las instrucciones del dentista o terapeuta para ejercicios de estiramiento suaves. El uso a corto plazo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides de venta libre y analgésicos puede proporcionar alivio. Si no es así, el dentista o médico pueden recetar medicamentos analgésicos o antiinflamatorios más fuertes, relajantes musculares o antidepresivos.