Puente dental fijo
Los puentes dentales fijos implican la preparación y el recubrimiento de los dientes a ambos lados de un área sin dientes para soportar dientes artificiales que abarquen el área edéntula.
Un puente fijo es un dispositivo no removible fabricado para reemplazar dientes perdidos, que se asemeja estrechamente a la dentición natural de un paciente. Además de servir para restaurar la apariencia y el rendimiento de una sonrisa completa, un puente fijo también evita que los dientes adyacentes o en el lado opuesto del área edéntula se desplacen, protegiendo la integridad de la oclusión. Los puentes fijos son restauraciones fuertes, duraderas y de apariencia natural, que una vez que están cementadas de manera permanente, permiten toda clase de funciones orales normales.
¿Cómo se fabrican los puentes fijos?
Los puentes fijos se fabrican típicamente en el transcurso de múltiples visitas e implican la preparación de los dientes de soporte adyacentes, la toma de impresiones, la colocación de un puente temporal, así como la prueba y cementación de la restauración permanente. Los dientes ubicados a ambos lados del área edéntula que se recubren para proporcionar soporte al puente se denominan "dientes pilares", mientras que el diente artificial (o los dientes) que abarca el espacio vacío se conoce como "póntico".
Con la tecnología dental disponible hoy en día, los puentes también pueden ser completamente soportados por implantes sin necesidad de preparación o recubrimiento de los dientes naturales adyacentes. Dependiendo de las necesidades estéticas y funcionales del caso, los puentes fijos pueden fabricarse con diferentes materiales dentales, incluyendo porcelana, porcelana fusionada con metal, o productos cerámicos similares diseñados como el zirconio.
